Evolución de los virus informáticos

De Eduard Bardají

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Es obvio que la evolución tecnológica ha llevado consigo un perfeccionamiento y evolución de los virus informáticos, volviéndolos más sofisticados y difíciles de detectar. 

Un claro ejemplo es la Inteligencia Artificial, que a pesar de que esta ha supuesto una gran ventaja para el sector de la ciberseguridad, también ha supuesto una revolución para los ciberdelincuentes, pudiendo lanzar virus informáticos más efectivos. En este artículo, encontrarás algunos ejemplos.

A continuación vamos a hacer un repaso de cómo ha sido esta evolución de los virus informáticos a lo largo del tiempo. 

Nueva llamada a la acción

Virus informáticos a través del tiempo 

Década de los 70 y 80: virus simples

Éstos solían propagarse a través de disquetes y otros medios de almacenamiento físico, con el objetivo de replicarse. 

No obstante, estos virus informáticos durante estas dos décadas aparecieron principalmente como experimentos y pruebas de concepto realizados por programadores curiosos. En realidad no tenían un propósito malicioso claro detrás, sino que eran pequeñas pruebas de hasta dónde podía llegar la tecnología del momento. 

Uno de los primeros virus informáticos documentados fue el "Creeper", creado en la década de 1970. Este virus infectaba los sistemas TENEX y mostraba el mensaje "I'm the creeper, catch me if you can!" ("Soy el trepador, ¡atrápame si puedes!"). 

Otro ejemplo es "Brain", considerándose el primer virus de ordenador, creado en 1986. Brain infectaba los discos de arranque de los ordenadores IBM PC y mostraba información de contacto de los creadores del virus.

Década de los 90

A medida que se popularizaron las aplicaciones de software como Microsoft Word y Excel, surgieron los virus de macro, que se propagaban a través de documentos infectados. Estos podrían corromper archivos o destruir datos. 

En los 90 y hasta 2005 aproximadamente, también se desarrollaron gusanos informáticos como el famoso “ILOVEYOU”, que se propagaba rápidamente a través de redes conectadas a Internet y correo electrónico. 

La década de los 90 también vio un aumento en la proliferación de malware, incluidos troyanos y software espía. Estos programas maliciosos se utilizaban para robar información personal, financiera o confidencial de los usuarios infectados. 

Por otro lado, los ataques dirigidos contra empresas y organizaciones comenzaron a surgir en la década de los 90 con el objetivo de robar información sensible o causar daño en la infraestructura de la empresa. 

A partir de 2005 hasta la actualidad

A partir de 2005 empezaron a surgir los botnets y el ransomware. Dos ciberataques que no han parado de aumentar y perfeccionarse a medida que la tecnología ha ido avanzando y evolucionando. 

Una Botnet es una red de equipos informáticos que han sido infectados con software malicioso con el fin de controlarlos remotamente para el envío de spam, propagar virus o lanzar ataques DDoS de manera obligatoria y sin el consentimiento de los propietarios de los equipos. 

Por otro lado, el ransomware es un tipo de malware que impide el acceso a tu información y amenaza con dejar inaccesibles tus archivos en caso de que no accedas a pagar el rescate solicitado. 

Actualmente los virus informáticos han evolucionado considerablemente en términos de complejidad, sofisticación y diversidad, siendo los ataques de ransomware y ataques de phishing los más comunes, pero también más peligrosos para las empresas. Éstos no sólo destapan un problema de ciberseguridad en una empresa, sino que pueden provocar una mala imagen y reputación de marca, así como grandes pérdidas económicas y la pérdida de confianza de sus clientes.

Nueva llamada a la acción

Para evitar cualquier ataque que pueda provocar dichas problemáticas es imprescindible contar con medidas de seguridad informática como antivirus, cortafuegos y soluciones antiphishing. Además de un especialista en ciberseguridad, que se encargue de monitorizar el sistema informático para buscar y solventar cualquier vulnerabilidad o brecha de seguridad, que pueda provocar la entrada de virus informáticos.